Entrevista para el 24 de Marzo.

 

La dictadura militar argentina, también llamada Proceso de Reorganización Nacional, fue una dictadura cívico-militar ocurrida en Argentina entre los años 1976 y 1983. Tras establecerse en el poder, el gobierno militar inició una persecución en la que interrogó, torturó y ejecutó a miles de personas en centros de detención clandestinos. Se suspendieron las libertades ciudadanas, se estableció la pena de muerte para los subversivos, fue removida la Corte Suprema de Justicia, las universidades y los sindicatos obreros fueron intervenidos y se formó un órgano de censura para cualquier medio de comunicación.

Una de las frases más escalofriantes que se ha escuchado sobre el tema  es  “No está muerto ni vivo… Está desaparecido”, el autor de esta frase es el dictador Jorge Rafael Videla. Desde aquí la palabra desaparecido marca en toda la Argentina el miedo de la dictadura.

Lo específico del terrorismo estatal argentino residió en que la secuencia sistematizada que consistía en secuestrar-torturar-asesinar descansaba sobre una matriz cuya finalidad era la sustracción de la identidad de la víctima. Como la identidad de una persona es lo que define su humanidad, se puede afirmar que la consecuencia radical que tuvo el terrorismo de Estado a través de los centros clandestinos de detención fue la sustracción de la identidad de los detenidos, es decir, de aquello que los definía como humanos.

Para este acontecimiento decidí entrevistar a mi vecina, persona que quiero como una abuela. Su nombre es Maria del Carmen, pero todos la conocemos como “Chiquita” quien hace poco cumplió 81 años. Ella siempre nos cuenta el miedo de ese entonces y su sufrimiento en donde casi pierde a uno de sus hijos.

Chiquita  creció en Derqui, donde se caso y crio dos hijos, Cesar y Antonio. Fue costurera toda su vida, actualmente vive en El Palomar.  Cuenta que esa época la recuerda muy bien y que le gustaría que no sea así. Uno de sus hijos Cesar fue desaparecido por un tiempo, lo encontraron dos semanas después en un descampado en pilar.

-          ¿Que recordas cada 24 de Marzo?

Recuerdo lo vivido, lo mal que vivimos, veo las comparaciones de lo que es la vida ahora, de lo que es la vida de los jóvenes, siempre desee que en el futuro sea todo diferente y eso lo veo. Para las personas que vivimos el espanto de la dictadura es algo que siempre vamos a llevar marcado, no solo los 24, cuando desapareció mi hijo sentí que moría, no es algo que me olvide. Nosotros no teníamos mucho, no teníamos casi nada, pero nunca sentí tanto angustia como en aquella época.

 

-¿Te acordas como fue que se llevaron a tu hijo?

Si, mayormente recuerdo, no con detalle porque en ese momento era mucha paranoia, pero fue  en septiembre de 1978, estaba en la casa cocinando cerca de las 20hs cuando llega solo Antonio, yo pensé que Cesar estaba con él, siempre se manejaban juntos, pero esa vez vino solo, y ahí fue cuando me preocupe. Esperamos que venga Tito (esposo de Chiquita) para saber que hacer porque ¿a quién le podía avisar? a la policía no era una opción, no tenía contactos yo, nada, no quería mandarlo al hermano por miedo que se lo lleven también, fue una desesperación muy grande.

 

-          ¿Sabían en ese entonces de la desaparición de personas?

Se hablaba bastante de eso, pero uno lo escucha, rumores, que a tal familiar de otro le paso y uno nunca piensa que le va a tocar, en ese entonces creo que aun no se pensaba en todos que le podía tocar a cualquiera,  pero nos paso y fue lo primero que pensé, no pensé que estaba muerto ni nada, fue lo agarraron.   Y siempre cuento que tuvimos suerte, a las dos semanas casi tres lo encontraron unos chicos y él le supo decir donde vivía para que lo lleven. Después todo con miedo, Cesar no estaba en cosas raras pero sus amigos si militaban creo, nunca supe exacto el porqué lo agarraron, pero no le encontraron nada, por eso lo soltaron.

 

-          ¿Crees que es importante recordas esta fecha para las actuales y futuras generaciones?

Si claro, muy importante, ahora yo veo que se movilizan que van a las calles, hay que hacerlo, hay que estar, los derechos se luchan y se debe recordar siempre por lo que uno paso, por lo que generaciones anteriores pasaron para que  hoy la cosa este como este. A mí me pone contenta ver a mi nieta que va, sale, va a las marchas sin miedo de desaparecer y eso está bien.  Hay que luchar para las personas y para los que viene, hacer un país mejor para todos.

Cada 24 de marzo se conmemora en nuestro país el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia para recordar a las víctimas de la última dictadura militar. La fecha fue establecida en el año 2002 por Ley de la Nación N° 25.633, cuyo artículo 1º establece: “Institúyase el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976.

 

Foto de Chiquita durante la charla.

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